Vecinocracia

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lunes, 28 de mayo de 2012

Charla abierta con Sandro Mezzadra. Crisis y/o desarrollo. Bajo la sombra del capital



Compartimos apuntes de nuestra reunión, calentando motores antes del Encuentro con Sandro Mezzadra (1 de junio)
La charla giró en torno a tres ejes:
  1. Algunas características del capitalismo contemporáneo.
  2. Experiencias de luchas políticas en relación con los “bienes comunes” – Distinción entre “bienes comunes” y “lo común”.
  3. Luchas por bienes comunes (BCs) y procesos de gobernanza de esos BCs.

¿Vieron esta entrevista a Boaventura en Pagina/12?


El tipo no me convence por varias razones (parece ante todo un buen intencionado, creo sin embargo que el problema de la autonomía argentina está mal planteado). Como todos recordarán, muchos los movimientos autónomos si recibían planes, y muchos. La autonomía, para ellos, era hacer autonomía con un dinero al que consideraban arrebatado con justicia en la lucha. El problema, a mi juicio, es menos este, y más como construir esa autonomía con recursos en el nuevo contexto, pero no está mal el modo en abre las discusiones ¿no?
Abrazos,
D
Retomando su concepto de traducción, ¿qué piensa que deben traducir los movimientos de mujeres?
El movimiento de mujeres tiene dos tareas muy importantes de traducción. La primera, dentro del movimiento feminista. Sabemos que en su interior hay divisiones enormes. Ahora mismo, en Porto Alegre, estuve con mujeres mapuches que no se conectan de ninguna manera con las luchas de mujeres argentinas porque, según ellas, las mujeres blancas trabajan por los derechos sexuales y otro tipo de demandas que para ellas pueden ser importantes, pero lo más importante es la defensa de la tierra y del agua, y dicen que a las mujeres blancas ese tema no les preocupa. Esto impide cualquier articulación de movimientos de mujeres, porque hay prejuicios de prioridades de lucha.

Vecinocracia recargado ¿se viene el tomo II?

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-194452-2012-05-20.html#formu_mail 

SOCIEDAD.VIOLENTO ENFRENTAMIENTO EN MATADEROS ENTRE VECINOS Y EX VILLEROS DUEÑOS DE UN TERRENO.

Ni el derecho a la propiedad privada. Son 85 familias de la Cooperativa Los Bajitos, que compraron un terreno y están construyendo dos torres. Con la Metropolitana que mira, vecinos atacaron el lugar, rompieron el portón y quemaron las instalaciones


viernes, 18 de mayo de 2012

El Ruso manda cotolengo de data para pensar los “recursitos”


Notas que comparte el Ruso 



La ciudad desarrollista


La ciudad se hace a cada paso. Y hay varias ciudades en una. Sólo que cada vez más superpuestas y entreveradas.
La ciudad del consumo se entreteje con la ciudad precaria. Una no desplaza a la otra ni la supera. A pocas cuadras de los mismos barrios que quedan anegados y sin luz por una tormenta, están en ebullición boliches y restaurantes. Fiesta y apagón.
¿Hay acá una originalidad en este modo del desarrollo? ¿Se trata de una suerte de esquema de crecimiento ¨desigual y combinado¨ que se multiplica a pequeña escala?
La notoriedad que adquiere la ampliación del consumo –a toda escala– exige pensar las subjetividades en esas ciudades simultáneamente prósperas y frágiles. Hay una dinámica de disfrute, de apropiación de nuevos servicios y espacios que es innegable y que traman la fortaleza de ese modo de hacer ciudad. Más profundamente, es la legitimidad compleja que tiene a su favor el discurso desarrollista basado en la explotación de recursos naturales. Tres puntos queremos remarcar para la discusión-invitación:
¿Conejitos rosas?
1) El (neo)desarrollismo que vemos hoy actualiza el discurso de la soberanía. Lo hace de manera nueva: combinando escalas de lo local, lo nacional, lo regional y lo global. Pero la ecuación desarrollo=soberanía se hace cada vez más fuerte. Ocultando, por un lado, la definición transnacional de las decisiones de qué se explota y cómo se lo hace pero también bloqueando la idea de otros ²desarrollos².
2) El desarrollismo actual tiene un discurso progresivo. Supone un horizonte de inclusión gradual y de continuo crecimiento. Pero la realidad que lo hace fuerte es más compleja y se permite usos no lineales de la idea de progreso: hoy se puede vivir en un rancho con aire acondicionado o tener una casa en asentamiento con un plasma.
3) El desarrollismo propone una partición tajante entre centros urbanos -signados por la actividad industrial, comercial y de servicios- y las extensiones rurales, comprendidas a partir de la producción de renta agraria y extractiva. Sea como fuente de conflictos (como sucedió con la 125), o como complementariedad virtuosa (agroindustria), este imaginario simplifica la variedad de situaciones y de conexiones involucrados en la producción de la espacialidad desde los cuales pensar otros desarrollos.
4) Esto, creemos, nos obliga a discutir a fondo si estamos frente a ²modos imperiales de vida² que atraviesan al sur del planeta y a las clases desposeídas en general. Y, también, pensar otra ecuación muy común a la hora de pensar las formas actuales de acumulación: el aumento del consumo es un modo de democratizar la riqueza.
Habría que agregar que el contexto de crisis europea sumado a nuevos esquemas de financiación que ahora vienen de China son puntos claves de este desarrollismo. Que involucra una retórica de fortalecimiento de la capacidad de decisión del Estado Nación, y busca eludir la realidad efectiva de la desnacionalización de hecho de muchos segmentos de su autoridad y de decisión. En la práctica, el Estado combina segmentos de decisión desnacionalizada con un financiamiento externo que se sale de la matriz neoliberal de los 90 con una política de acumulación por desposesión que dan un nuevo tono a lo que llamamos capitalismo.
En este contexto, la debilidad del discurso ambientalista se vuelve evidente. Pero también de toda crítica que no pueda lidiar con la eficacia material y simbólica del llamado desarrollismo.

martes, 8 de mayo de 2012

Todo muerto es político


Frente a la muerte
Ustedes dirán que enloquecí, pero algo escalofriante ha sucedido en la esquina de mi casa, y debo ponerlo en palabras urgentes, para que mi angustia, pueda ser transformada en construcción vital.
Me disponía a ver el clásico Independiente-Racing, sentado con mi pierna en alto, en recuperación de mi operación de ligamentos cruzados.
Con los equipos en la cancha sonaron cuatro estampidos, que confundí con petardos por el partido.
Pero inmediatamente por la ventana vi a la gente moverse raro. Y me alertó. Decidí salir a la calle, como pude, con mi renquera.
La gente iba a hacia a la esquina, y yo seguí, algo malo presentía. Llegue a la esquina, y unas 30 personas rodeaban el cuerpo de un pibe, tirado en la calle boca abajo, con sangre bajo su cuerpo. Ya de por sí la escena era desoladora. Alguien tirado en la calle, y como si estuviera apestado, ninguno de nosotros se acercaba a socorrerlo.
Sin saber que hacer, las voces de los ciudadanos ahí presentes aumentaban mi mareo. “Decile que se vaya ya…”(hablaban del matador). “Uno menos…”, contestaban otros poseídos por el demonio, o por Dios. Otra señora con su marido al lado, cuando me cruza dijo “Uno menos, que Dios me perdone”. Seguro que Dios, al ser todo amor, la va a perdonar, pienso ahora.
Frente a la desasosiego que vivía, pensaba en para que habíamos crecido durante 9 años al 8% anual, para qué, si todavía no habíamos logrado que los pibes chorros dejaran de serlo, para vivir una vida, dura, pero no mezclada con el delito de poca monta. ¿Para qué?
Sin saber que hacer, volví a la esquina para saber lo ocurrido, dejando atrás el cuerpo yaciente, solo.
Averigüé, que el asesino, que ya se había dado a la fuga, fue abordado por dos jóvenes, lo encañonaron, él saco el arma y les disparó. Los jóvenes salieron corriendo hacia las vías, y tras treinta metros de correr, uno de ellos cayó, y el otro huyo malherido (decían ahí, que era casi un niño).
Volví, luego de estas averiguaciones, al lugar del pibe caído, sentí, que debía romper el cerco mortal que el resto de los ciudadanos le poníamos a él, otra víctima del maldito sistema que tenemos.
Me acerqué, le hablé, lo toqué, pero ya era innecesario, creo. Había muerto solo, sin nadie que le diera una palabra de aliento para abandonar la vida.
Mientras esto pasaba, una señora, desde un balcón gritaba a la pequeñísima multitud reunida abajo, (estaba junto a sus dos hijos adolescentes) “Uno menos, acá, roban al mediodía”.
Ya no sabía que era mas doloroso de todo lo que vivía, si el asesino fugado, si el pibe tendido muerto solo, si la gente que gritaba uno menos, si yo, que no podía articular palabra, y explicar que nos es más fácil criticar a los monstruos, y no a los que fabrican a esas pequeñas bombas. Pensé en escribir, en escribirles.


Vivimos azarosamente. Está todo a la marchanta”
Luego de haber recibido este mail de Leandro, le propusimos encontrarnos a charlar sobre lo que vivió. Nos juntamos en la Casona de Flores, donde Leandro nos habló de la conmoción que le produjo la naturalidad con la que se trató el hecho entre los vecinos de su barrio, así como la alegría que muchos expresaron por la muerte del pibe. “No puedo entender que en un contexto de crecimiento económico se obligue a pibes al delito. Es como si la ciudad se estuviera guetizando. Vivimos en medio de un montón de crisis que en cualquier momento se pueden disparar. Vivimos azarosamente. Está todo a la marchanta.”
También nos habla de los modos en que se despliega la seguridad en contextos de precariedad, así como de lo difícil de abstraerse de la lógica crimen y castigo. “Se llevaron el cuerpo del pibe y todo siguió como si nada. Como si esa muerte fuera un elemento más del paisaje. ¿Y todo por qué? ¿Porque le quisieron robar el auto? Que te roben el auto es como si te hubieran matado a un hijo. No puedo entender el delito sin pensar también en la justicia por mano propia. Es su contracara. Y lo peor de todo es que siento que yo también soy parte. Una vez entraron a robar a lo de mi vieja y lo primero que pensé fue: si los agarro los mato. Pero ¿por qué hay que jugarse la vida a cada instante? Hay una precariedad en todo sentido. Terminó muerto el pibe chorro pero también podría haber muerto el que disparó. O alguna otra persona que iba caminando por ahí y no tenía nada que ver. Pero al que disparó nadie lo culpó de haber puesto en riesgo a los demás. La precariedad conduce a la privatización de la seguridad. A que cada uno se arme y quiera hacer justicia por mano propia.”
Nos cuenta que cuando se quiso acercar a ayudar al pibe que se estaba muriendo, el resto de los vecinos lo dejaron solo. “Parecía como si tuvieran miedo de que el pibe los contagie. Era eso, un miedo al contagio.”
Y nos arroja una serie de preguntas para seguir pensando juntos: “¿Cómo suturar la herida cuando lo que nos une está roto? ¿Cómo reconstruir el lazo ante la crisis generalizada? ¿Cómo dialogar con los pibes chorros? ¿Y cómo hacerlo con los vecinos? ¿Cómo preguntarles qué pasó acá?”
Entre la seguridad y el cuidado
La muerte violenta nos asombra, nos conmueve, nos da que hablar. Pero cuando nos salimos de ella para pensar el fondo sobre el cual se recorta, la precarización de los modos de vida y las violencias cotidianas que le son intrínsecas, encontramos que la muerte no compone tanto una excepción como una posibilidad latente a cada instante. 
En la ciudad de la precariedad, la rivalidad es ley y la paranoia, la sensibilidad que nos gobierna. Rivalidad y paranoia hacen de todo otro un adversario a vencer, un rival a quien sacar ventaja. La paranoia de Layo, nos recuerdan DyG, está antes que la perversión de Edipo. Es la paranoia la que produce el desvío. Pero, ¿de qué desvío hablamos cuando la norma que nos rige es la competencia salvaje por los modos de vida?
Alguna vez, pensando en las mutaciones y proliferaciones de los dispositivos securitarios que marcan los ritmos de la vida urbana, nos preguntamos si fuera posible trazar una línea nítida que demarque dónde termina el control y dónde comienza el cuidado. Reemplazando la idea de control por la de seguridad, y pensando las formas que asume la justicia en este marco, ensayamos una suerte de hipótesis:
Pensamos el cuidado y la seguridad como dos polos en tensión entre los que se despliega una línea de fuerzas por la que transitamos cotidianamente. La seguridad como axioma de la unidad, forma en que convergen el Uno y el individuo en su tracción privatizante hacia el homo clausus. El cuidado como afecto que parte del reconocimiento de un otro semejante y tiende al tejido de vínculos comunitarios. Entre estos dos puntos nos movemos, trazamos recorridos estratégicos sin estar nunca de lleno en un lado u otro. Entre estos dos extremos agenciamos también diversos modos de entender la justicia, de hacer justicia: actos de justicia que tiendan hacia la seguridad y actos de justicia que tiendan hacia el cuidado. Pero, ¿cómo hacer justicia del cuidado cuando el común se encuentra estallado?
Cuando ya no es posible discernir de manera universal entre lo justo y lo injusto, cuando las formas de la justicia difieren ante cada hecho y según quien las considere, la frase un tiro para el lado de la justicia cobra un nuevo sentido. Intuimos un tiro para el lado de la justicia de la seguridad cuando se disparan castigos contra quienes la crónica policial instituye como culpables de la inseguridad. Intuimos un tiro para el lado de la justicia del cuidado cuando se dispara un conjunto de perdigones que desperdigados apuntan a la politización de las condiciones que posibilitan el descuido o, lo que es lo mismo, la precarización de nuestros modos de vida. Pero, más allá de pensar ante la precariedad, ¿cómo efectuar una política afirmativa capaz de componer una alternativa a lo que hay?

jueves, 3 de mayo de 2012

No seas Zombie: venite!


20 de abril: Nuestros encuentro


Reunión del taller hacer ciudad del día viernes 20 de abril del 2012  
-A partir de los 6 años de Luis Viale, la necesidad de asumir más a fondo el nudo entre modos de producción y de consumo. Hacerlo desde un fuerte involucramiento. Desde una conciencia de que hay mucho que preguntarse sobre esta articulación, y de que el mero denuncialismo se vuelve pobre y nos deja impotentes.
Esto como complemento, continuación, etc., de lo que siempre decimos en torno al gran eje que es la Explotación, es decir, la apropiación privada o pública de los bienes comunes de la naturaleza, la vida y del trabajo.  
-La idea de que ciertas “catástrofes” son narraciones urbanas. Como en toda excepción, estas situaciones, incluso en su dramatismo, permiten ver, preguntarse cosas que habitualmente quedan olvidadas o secundarizadas o  los “relatos” en pugna.
Viale-Once-Tornado, pero también Indoamericano y Cromañón, pueden interrogarse e interrogar sobre la normalidad y la excepción, los modos de vida...). Aquí se puede desplegar también el problema de la Precariedad. (Como "hiperestructura"; como campo de juego de una "microfísica del consumo".)
-Un tema que se vincula con el eje Precariedad y Consumo, son el tema de la "alegría" y el consumismo, la fiesta del consumo, y cómo eso se vincula (es su contracara) con la guerra civil de modos de vida, como también con la soledad, indiferencia, criminalización.
Buscar fragmentos urbanos, “detalles” que nos hablan del modo en que la ciudad se hace. No cualquier detalle, sino esos que nos revelan auténticos “problemas”. ¿Qué problemas son esos? No podemos partir de una definición abstracta. A continuación puntas que pueden ser "casos" o "fragmentos" de los ejes desplegados arriba: Igna comento que Andres tiene una investigación personal en torno a los bingos que quizás quiera compartir. Los amigos de Varela trabajan sobre un arroyo contaminado, en relación con una escuela de la zona y su centro de salud. La gente de Barrilete está investigando sobre el “viaje”, los usos del tren. Cada uno de estos fragmentos –y otros que podemos imaginar- puede abrir la posibilidad de pensar estos modos de vida, estos “problemas” que nos hablan del modo en que se conjuga “desarrollo”, vida urbana, explotación, estados anímicos, etc.
No se trata de buscar cosas extremas. Sino partir del modo en que la ciudad nos toca, nos hace, y de lo que querríamos también hacerle, respodenderle, decirle. Entre el registro, la conversación, la intervención, hay varias posibilidades de trabajo. Escritura, video, la mera experiencia. El mero hecho de poder contar, compartir, a lo que podamos ir produciendo.
-Quedamos entonces en que cada quien iba a intentar organizar alguna iniciativas a partir de una afinidad mínima, y a partir de organizar cada iniciativa se iba a avisar a la lista del grupo para ver si invita además a posibles participaciones de los demás.
-Otra idea es que con lo que vayamos juntando, podamos pensar en la dinámica del taller con Sandro Mezzadra. En principio el trabaja con la idea de “fronteras”, de un modo bastante amplio. No encuentro ahora la entrevista que hicimos como Colectivo Situaciones a Sandro (publicado en Conversaciones en el Impasse. Ruso, Igna, Vero, alguno la tiene para enviarla en attach a la lista?).
-La próxima reunión de todo el grupo sería el sábado 12 de mayo, a las 16hs, para contarnos como nos fue con las diversas iniciativas, y pensar un poco como armar el taller con Sandro Mezzadra.

Otra lectura rabiosa

Esta vez de amor, al grito de: te amamos Alain
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-4649-2012-04-29.html